viernes, 6 de septiembre de 2013

LA RETIRADA



Empezamos el camino en Port Bou. Hace mucho calor, julio de 2013. La carretera da justo para que nos podamos cruzar con los coches que entran a España. Nosotros salimos hacia Francia. Es la “retirada”, por eso junto a nosotros avanzan automóviles y autobuses llenos de gente y militares copando todo el espacio. Ahora nadie podría venir del lado contrario. Es febrero y hace mucho frio. 1936. Los que suben andando, cientos, miles de personas, sobre todo mujeres, niños y ancianos, llevan si pueden alguna manta por encima. Van despacio, no mucho más que los vehículos que además se empiezan a arremolinar en los prados que rodean la frontera. Nosotros hemos aparcado para ver el Memorial y las fotos de aquella tragedia. Los de la retirada tienen hambre, piden agua, para los niños, por favor mesié gendarme, todos esperan, incluso días, hasta que se abren las barreras. 







Ahora ya podemos seguir. Ya no hay automóviles ni autobuses. Los soldados acaban de perder la guerra definitivamente al entregar las armas. No hubo un general francés que recogiera la espada derrotada. La cosa no va con ellos. Simplemente hay que dejar los fusiles en el suelo. Al menos, las unidades han formado para entrar en Francia, que son el ejército de la República. Derrotado. Es la retirada.







La carretera, además de estrecha, es sinuosa. Un paraíso de mar y viñas que llegan hasta el agua. Cuesta un rato llegar a Argelès. Andando, mucho más. Nos hemos desviado hacia Collioure porque el maestro no se encuentra bien. Se quedará aquí, con su madre, cerca de España y del mar, ligero de equipaje, para decirnos adiós algunos meses más tarde. Adiós Don Antonio, le decimos nosotros también, hasta siempre.







 Playa de Argelès, julio 2013. Le preguntamos a una socorrista por el Memorial de los Españoles. Ella no sabe, es muy joven y no es de aquí. Que preguntemos al jefe. Está la playa llena, más de cien mil personas. Es una playa enorme. Primero nos han metido dentro, así, sin más. Luego han ido apareciendo tablas para hacer cobertizos, al mismo tiempo que han instalado alambradas y han llegado soldados senegaleses para hacer guardia. Para que no nos escapemos. ¿Somos refugiados, o prisioneros? Han llenado también las playas de Saint Cyprien y Barcarès. Hace mucho frío, marzo de 1936.



Nos vamos hacia Elne. Un pueblo pequeño, con catedral y claustro visitable. Nos desviamos a la maternidad de Elne. Comemos en un prado cercano esperando que sea la hora de la visita. Mientras tanto una vieja ambulancia con el símbolo de la Cruz Roja suiza ha llegado con tres mujeres más. Refugiadas. Dos de Argelès, la otra de Barcarés. Están embarazadas, a punto de dar a luz. Han visto cómo otras tenían sus hijos en la playa. En algún caso, cómo los enterraron en la arena. Ellas tienen más suerte. Son ya muchas las mujeres recogidas, los niños nacidos, gracias al esfuerzo coordinado por Elisabeth Eidenbenz, justa entre las naciones, hasta con un título que el gobierno de la monarquía española le entregó por cuidar de las republicanas españolas.

 









Al día siguiente (van pasando las semanas, incluso los meses), seguimos visitando campos, nos van distribuyendo en campos por el interior, decenas de campos, quizá los más importantes son los de Le Vernet d´Ariège y Sept-Fonds, alrededor de Toulousse, y Gurs al norte de Aragón y Navarra, que cuida un retoño del árbol de Guernica... Ciertamente no son campos de exterminio, pero siempre las alambradas; no nos matan, pero morimos, por enfermedades mal cuidadas, por falta de alimento, por malos tratos. Algunos campos ya existían, otros los inauguramos los republicanos españoles. Con la guerra y la ocupación nazi, tendremos que hacer sitio a los judíos.
 










Y así los cementerios. En el de Le Vernet hay brigadistas enterrados, en Sept-Fonds se quedó un riojano, de Navarrete, Ignacio Loza, murió de meningitis tuberculosa. 

 




En Gurs, el cementerio con republicanos españoles es, sobre todo, de los judíos. Tampoco allí fueron exterminados, de eso sí supieron las expediciones que salieron de ese y de otros campos con destino al Este, los que se quedaron en Gurs murieron por enfermedades, falta de atención, lo que ya sabemos. Y también, nos dicen, porque algunos se dejaron morir. Cuando los llevaron a los campos franceses no sabían lo que pasaba en Auswich o Mauthausen, en todo caso no podían entenderlo. Les habían quitado su trabajo, casa y bienes. Y no sabían por qué, más allá de ser judíos. Judíos y alemanes. Lo habían sido siempre. Los habían trasladado a un campo de concentración en el sur de Francia. No, no lo entendían. Y algunos se dejaron morir.

 




Hoy, la “retirada” ha florecido (es un decir) en miles de españoles franceses y franceses españoles que sobrevivieron, o se cruzaron, con los republicanos que pasaron la frontera allá en 1936. Cuando la retirada…




viernes, 26 de julio de 2013

CIERRE POR VACACIONES

¡¡¡Vacaciones!!! escribía, exclamaba mejor, un amigo hace unos días. Y no es para menos, aunque este humilde escribidor ya no puede expresarlo así. Por eso no le dije nada. Resultaba un poco cruel, seguramente, elucubrar sobre cuántos días, o cómo le va a sentar la vuelta al trabajo. Claro, desde mi reciente sillón en la academia de la jubilación...
Pero al fin, veis que uno también se toma vacaciones. Aunque sea con el blog.
En el último, dejamos el viaje por los campos franceses en su inicio. En Collioure. Y desde ahí partiremos hasta llegar a Gurs, via Argelès, Rivesaltes, Elne, Le Vernet y Sep-fonds.
Pero será ya en el mes de septiembre.
Sólo dejo, como prenda, un par de fotos. Del principio y del final.
Por lo demás, y para todos los que tenemos vacaciones, de 15, 30 o 365 días, disfrutarlas con salud.
Y siempre, resistencia y acción.

(¿Y de Galicia nada? Qué más se puede decir... Mi corazón está con todas las familias que sufren por los suyos. En Galicia y aún en el mundo entero. Y mi cabeza sigue estando contra todos los que provocan, día a día, tanto sufrimiento a tantas y tantas familias y personas. En España y aún en el mundo entero).



viernes, 12 de julio de 2013

VIAJES Y SONRISAS



Como contaba en la entrega anterior, hace unos días anduvimos algunos amigos por las ruinas del viejo Belchite. Uno de ellos era Curro Moral, un tipo magnífico que visitaba Calahorra, sumándose a nuestra excursión, y que es uno de los miembros del grupo La sonrisa de Julia.
Así que tuvimos tiempo y ganas para charlar y escuchar música y después más música todavía.
Sólo os diré del grupo, que están en activo, lo primero, que han grabado ya cinco discos, después, y que provienen de diversos lugares de la geografía española, con epicentro en Cantabria. Para más datos, la Wikipedia.
Así que hoy seré breve y, además, conciso. Con mis mejores deseos de buena música para combatir los calores, y de sonreír por si acaso, siempre sonrisas.
Os dejo una de las canciones de La Sonrisa de Julia, justamente la que da título a su último trabajo: “El viaje del sonámbulo”.



viernes, 5 de julio de 2013

LA RONDA DE BELCHITE, QUE YA NO RONDA...



Esta misma semana anduve los caminos del pueblo viejo de Belchite. Comenzaba este caluroso mes de julio y el sudor y la historia nos guiaban los pasos de ruina en ruina, de cañonazo en cañonazo. Debía hacer tanto calor en esta tierra aragonesa, allá por el agosto de 1937, que las casas y las cúpulas eclesiales abrieron sus paredes para dejar pasar el aire. ¿O eran las bombas? Sí. Mirando el resultado debieron ser las balas, las bombas y los obuses. Y la muerte en cada esquina, repartiéndose entre atacantes y atacados. No apresurarse, hay para todos.


 










5.000 hombres (uno más uno que hacen dos, más uno tres, así hasta cinco mil) murieron en dos semanas en aquel verano del 37. Justo aquí al lado, quizá un poco más allá. Estos querían conquistar la casa, esa que tiene aún los balcones colgando casi en el vacío, los otros la defendían (cien más uno ciento uno, más dos, ciento dos, así hasta cinco mil).
















En este verano de 2013, 76 años después, ando (que caminar es bueno) cerrando un libro sobre los riojanos que murieron en los frentes de batalla. Algunos aquí mismo, o cerca, en Quinto de Ebro, por ejemplo. O en cualquier otro lugar. O de cualquier otro lugar, los muertos, los ejércitos, la guerra. Las guerras nacionales, patrióticas, de independencia, de liberación, revolucionarias, religiosas, de clases, civil, la más incivil…


 


















Y me sale un balance final que al margen de la épica y del toque de corneta, y sumando resultados y muertos, quizá podría resumirse en que, al menos, no es bueno ir a la guerra, aunque hubiera que ir. Que no es lo mejor hacer la guerra, aunque haya que hacerla. Y que no tiene sentido glorificar la guerra, aunque haya que sufrirla.
Y a lo más, que para ir y morir, mejor no ir. Que vale más rondar que matar, o morir.


 
 
















 









Os dejo algunas de las fotos que hicimos al viejo Belchite. Y preguntaréis alguno, ¿quién ganó la batalla? Pues escrito está en las historias, pero por más que gritamos por allá, ninguno de los cinco mil nos dio razón del resultado.





Así que solo me queda dejaros también una canción, texto de Bertold Brecht y música de Adolfo Celdrán. General.





viernes, 28 de junio de 2013

UNA HISTORIA Y UNA CANCIÓN, LA BALADA DE SAN ASENSIO



Vuelvo un viernes más con mi blog a cuestas. Y lo hago con un tema que alguien me ha ido sugiriendo en los últimos tiempos. ¿Por qué no subes a youtube las viejas canciones  de Carmen, Jesús e Iñaki? ¿Y por qué no?
Como ya he contado alguna vez, creo, las canciones están en la página web carmenjesusinaki.tk, y para los que prefieren tenerlas en las manos, y aquí en Logroño, pueden encontrar los DVD en Sonovisión o Piedra de Rayo. Pero… ahora las iré repartiendo por la red por si alguien las quiere escuchar y hasta guardar.

Y empiezo con una Balada. Terminaba el mes de mayo de 1977 (o sea, hace 36 años) y los “jóvenes” de San Asensio organizaban un acto cultural. Todo fue bien, a pesar de una llamada del secretario, “que paséis por el ayuntamiento”. Y allí nos dijo lo que nos dijo, que no lo escribo porque se oye perfectamente en la canción. Con mi voz además, haciendo de malo, bueno, de secretario en esta ocasión. Que si “aquí nunca pasó nada”, y que si nos pasamos con las canciones acabamos en la cárcel de Haro (todavía no era el Hotel los Agustinos, aunque tampoco, que yo sepa, se utilizaba entonces para encerrar a nadie). Pero sonaba fuerte, aquello de dormir en la cárcel, la cárcel de Haro.

Y estaba la gente. Que llenó el viejo cine. Y los chavales organizadores, que alguno lo pasó un poco mal, que también a ellos les dijeron algunas cosas los que mangoneaban el pueblo. Estuvimos con ellos y hasta volvimos para sentarnos en una mesa juntos y darle al clarete. Y… se acuerdan de aquello. Todavía. Todavía hoy…

Grabamos la canción, como todo el primer disco ("De lunes a sábado") con Malasaña. Otro día os digo quiénes eran. Fue bonito. Preparamos la grabación durante 15 días en el local del saxofonista y trabajábamos cada verso y acorde entre todos. Fueron unos días hermosos. Todavía la noche era muy negra y se desparramaba en multas y cárceles de haro, pero amanecías y el sol alumbraba la vida de nuevo. Y teníamos ganas y esperanza.

Algunos ya la conocéis, a otros quizá os guste: la balada de San Asensio.