jueves, 1 de marzo de 2012

COMO DIOS MANDA

No, esto no va ser un tratado sobre la Memoria Histórica, el franquismo o la represión durante y después de la Guerra Civil; y no porque no esté bien hacerlo, sino porque yo ya lo he hecho en repetidas ocasiones, y de ello queda constancia escrita que puede consultarse, por ejemplo, buscando alguno de los 33 ejemplares de “Aquí nunca pasó nada”, repartidos en distintas bibliotecas de La Rioja, eso que el Gobierno de nuestra Comunidad no quiso saber nada del libro... Aunque yo creo que sí saben que aquí, en La Rioja, pasaron muchas cosas, y gordas; eso lo saben tanto los ministros y ministrillos (incluyendo los de la etapa anterior) como su augusto presidente.
Tampoco los del gobierno de aquí quisieron colaborar con el gobierno central anterior para dibujar el Mapa de Fosas de La Rioja. Aunque en esta cuestión habría que apuntar lo siguiente: por una parte queda claro de nuevo que el gobierno de La Rioja no tiene mayor interés en el tema de los asesinados y represaliados riojanos en la Guerra Civil y en la dictadura franquista. Por otra parte, todo hay que decirlo, ese Mapa de Fosas sólo tenía sentido si era la antesala del trabajo de búsqueda y exhumación de los restos todavía tirados por la geografía española en cunetas y ribazos. Y esas tareas, búsqueda y exhumación de los que yo he llamado “tumbaos”, correspondía y corresponde al Gobierno de la Nación. Lamentablemente, ni el gobierno anterior, y es de suponer que mucho menos el actual, han asumido esa responsabilidad. Todo lo más, y después de la publicación de una llamada y limitada Ley de Memoria Histórica, se han venido dando hasta el año pasado algunas ayudas para trabajos de investigación y sobre todo de exhumación. Pero que las hagan otros: los familiares y las Asociaciones de la Memoria.

Y así se viene trabajando. Alguien tiene que hacerlo. Pero hay quien se pregunta, ¿por qué hay que hacerlo? Hay gente, cercana incluso, que me dice, pero bueno ¿no has contado ya todo? O insisten en ese increíble argumento de que estamos reabriendo heridas...
Pero bueno. ¿Es que alguna vez se cerraron de verdad? ¿Cuándo? Evidentemente no durante la dictadura. Ah, ya, en la transición. Amnistía para todos y a empezar de nuevo. Atención, que eso solo fue una imposición de los que realmente podían, que eran los de casi siempre. Los políticos que venían del franquismo auxiliados en las bandas por el estamento judicial (que mirar cómo colea) y el militar (que todavía entonces y en buena parte, se sentía más ganador de la guerra entre españoles que garante de la seguridad de todos los españoles ). Y los demás a tragar, platajunteros y hombres de la calle (algunos, incluso y ciertamente, se dieron por conformes).
O sea, y en realidad, los que ganaron la guerra perdonaban a los que la perdieron y les daban asiento a la mesa, incluso electoral. Pero de contar lo que pasó, de acercarse a la VERDAD de los hechos nada de nada, ellos ya tenían el pescado vendido y la historia escrita. ¿Hacer JUSTICIA? Pero hombre, si ya todos podían andar por la calle (ciertamente en aquellos primeros años de la transición con mucho cuidado por si acaso…), y hasta ser comunista con permisos de todas las triples A que en el mundo han sido. Y hasta ahí habíamos llegado. O sea, nada de REPARACIÓN.

¿Y mi amigo Félix? ¿No podía buscar los restos de su padre, su hermano y del que hubiera sido su suegro de vivir para verlo? Todos ellos asesinados en Altable el 19 de agosto de 1936. Y Martín, ¿podía por fin intentar enterrar “como Dios manda” a su padre, asesinado en Viguera el 7 de agosto de 1936? Y Ángel o Emilio, con toda la familia residiendo en el País Vasco, ¿podían aspirar a encontrar al padre o al abuelo entre los asesinados en Fuenmayor el 10 de agosto de 1936?
Lo hicieron. Algunos, con el resto de familias, lo pagaron de su bolsillo. Otros contaron con ayudas de Asociaciones o del Estado. Enterraron a los suyos “como Dios manda”.

¿Y tú qué harías? le digo a algún reticente. Y le cuesta hacerse a la idea. No me extraña. Pero si finalmente lo hace tiene que aceptarlo. Él no olvidaría a su padre, o a su abuelo. Y de estar perdido por ahí, le gustaría encontrarlo, y enterrarlo. Aún todavía, si sigue haciendo el ejercicio de la nueva identidad, acaba aceptado que igual no es malo que se le haga justicia a su memoria, a su dignidad. Y puede que, una vez situado en esa senda que otros sembraron de espinas y muerte, vea como justo el que se repare a sus familiares, empezando por las viudas... Mujeres, madres y esposas, vestidas de negro y de dignidad que ya no siguen entre nosotros, pero que abrieron el camino. Y de las que conservamos imágenes, en la retina, en las paredes y hasta en la Barranca...

Y en todo esto, ¿qué pasa, qué pinta, qué ofrece el juez Garzón?
De eso hablaremos largo y tendido, pero otro día. Y no será el próximo viernes. Porque la semana que viene quiero mandaros una cosa que ya escribí sobre el tema; dando entrada a un poema, por cierto.

Salud y futuro para todos.
Ah, y otro poema, que uno no pasa de balde por estas historia de alpargatas y boinas en las cunetas…



            AL AMANECER
                                   
                        Quizá la tierra,
dura como la tierra dura,
quizá la noche,
negra como la noche negra,
quizá las manos,
rotas de tanto romper manos,
quizá la pena,
deshecha de tanto penar en balde,
quizá la muerte,
asustando a la propia muerte…

La zanja resultó pequeña.

Sobre el barro,
sin una piedra, sin una cruz,
sobresalían un brazo y una boina,
agujereada,
asesinada también.

1 comentario:

  1. si fueran ellos los que hubiesen perdido la guerra
    habrían removido cielo y mucha mucha tierra
    pero ya estarían todos bien enterraditos
    y nosotros a callar
    como siempre...

    "Sentado sobre los muertos
    que se han callado en dos meses,
    beso zapatos vacíos
    y empuño rabiosamente
    la mano del corazón
    y el alma que lo mantiene.

    Que mi voz suba a los montes
    y baje a la tierra y truene,
    eso pide mi garganta
    desde ahora y desde siempre."

    Miguel Hernández

    ResponderEliminar