viernes, 8 de febrero de 2013

RECUENTO


A ver. En los últimos días, semanas, meses, incluso años, venimos recibiendo documentos, videos, cartas, llamadas de socorro, confesiones, maldiciones, y cualquier otra cosa acabada en ones, como opiniones por ejemplo y por no delinquir con el lenguaje políticamente correcto.
Y a todo esto no hemos quemado el reichstag (por no decir el parlamento), ni siquiera las naves de los políticos absolutamente incorrectos, aún más, esteparios, facinerosos e impresentables, que no sólo no van a la cárcel sino que ni siquiera devuelven las pesetas que se llevaron que alcanzan cifras millonarias traducidas a la moneda europea, al euro, avergonzado a estas alturas de haber puesto cara en algún momento a una esperanza llamada Europa.

En estos últimos tiempos hemos marchado para protestar por la reforma laboral, por los recortes en educación, en sanidad, en servicios sociales. Contra los intentos de establecer una forma de vida insolidaria, basada en la competitividad y en el beneficio de unos pocos sobre los demás, sobre la gran mayoría.Hemos firmado cartas y manifiestos denunciando privilegios y abusos de los políticos que si no todos, una buena parte, nos han conducido a una situación límite, no sólo en lo económico, sino en lo social y en lo propiamente político, machacando derechos como el trabajo, la vivienda, o el mismo de manifestarnos en la calle. Aquí el machaque ha sido, y sigue siendo, contundente, primero de porra y tentetieso, luego de multa y amenaza carcelaria. Fijaros la convergencia de poderes: el gobierno prohíbe, la policía castiga (sin juicio) y los jueces vuelven a hacerlo (con prejuicios).

En el fondo, la anécdota de partida de los Miserables de Víctor Hugo va a convertirse en norma y actualidad más allá de su remake musical: si robas pan o alimentos en un supermercado eres carne de presidio, ahora bien si robas en Bankia, te lo llevas del Palau, apuestas por la amnistía fiscal, cañoneas con confettis, recibes un sobre de Bárcenas o un traje sobrante de Camps, tranquilo, lo tuyo tiene futuro, sobre y sillón en el Congreso de los tramposos pero listos, de los ladrones de guante blanco y alma negra. ¿Para cuándo un Robin Hood en los páramos de España? (Dicho de otra manera, no nos extrañemos de que vayan apareciendo justicieron socio-económicos que, a su manera, guisen el desaguisado reinante).

Menos mal que buena parte de la sociedad marcha, lo decíamos antes, protesta y se organiza (lo intenta al menos). La indignación generalizada escribe, grita y se manifiesta, se viste de 15 M, reclama democracia real, se agrupa en foros sociales o ecologistas, mareas verdes y ciudadanas, en frentes cívicos y cumbres sociales, trabaja por otros mundos posibles, por una economía sostenible, por una sociedad más justa y solidaria, por un futuro en el que encontrarnos como seres humanos...

En fin, que me envía un amigo un video glorioso, ejemplar y pedagógico sobre el qué, cómo y por qué del 15M, y ahí lo dejo yo también, porque del 15M aún tenemos mucho que aprender, o esperar, o compartir...
(Dura 73 minutos, pero vale la pena).

1 comentario:

  1. Pues como el Robin Hood que necesitamos sea como Sánchez Gordillo, amenazando, robando y coaccionando, estamos apañaos, eso se llama vandalismo, ni punto de comparación con Curro Jiménez.
    Pero, lástima no hubiesen estado las cámaras filmando a los Palau, Bankia, etc. cuando cometían también sus fechorías.


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