viernes, 3 de mayo de 2013

ENTRE LIBROS ANDA EL JUEGO, ROMERO Y YO


No tengo datos y no sé si la Semana del Libro, además en enlibrar las calles, ha tenido resultados económicos positivos para editores y libreros. Espero que sí.
Lo cierto es que me gustaría destacar un par de actividades interesantes y curiosas que llevó a cabo el Ateneo Riojano el sábado 27 de abril. La primera fue la lectura continuada de escritores riojanos de todos los tiempos, eso sí, ya desaparecidos. Desde Prudencio o Quintiliano a Paulino Massip o Rafel Azcona. En ello estuvieron los alumnos del Bachillerato Internacional del Instituto Sagasta (también se leyeron textos del prócer camerano).La otra iniciativa reunió, a lo largo del día, a 20 autores riojanos que por encima de firmar libros (algunos se firmaron), escuchar a los chavales y saludarse e intercambiar libros e ideas entre sí, demostraron que esto de escribir sigue tan vivo como ellos mismos. Y que hay cuerda para rato, cuentos y novelas, poesía, ensayos, de todo. Y, conviene recordarlo, con más de cien autores (¿quizá doscientos?) con libros publicados estos últimos años en La Rioja.

Pero continuando con lo escrito en el blog la semana pasada (acababa con los libros electrónicos) paso a contaros la iniciativa y propuesta que me llega de un viejo y cada día más joven, amigo.
En realidad nos lo va a contar él mismo, pero yo me permito introducirlo. Honorio Cadarso, ciudadano del mundo como se define él mismo, nacido en Galilea, aterrizó desde sus primeras parroquias colgadas en la sierra riojana, en la HOAC obrera y comprometida de la capital. Formó parte de la oposición antifranquista y tras colgar la sotana, fue candidato del Partido Comunista. Antes, había pasado algunos años en Francia. Allí lo recuerdo tocando el órgano en la orquestina que alegraba el fin de semana a los emigrantes en algunos centros de españoles en París; luego cantábamos nosotros; entonces, curiosamente, los emigrantes eran simplemente emigrantes, aún no se había inventado eso tan bonito de considerarlos sujetos de la movilidad exterior... Honorio acabó finalmente trabajando en el País Vasco, donde se integró con sus manos, su corazón y su inteligencia, donde ahora mismo sigue viviendo, ya jubilado, y escribiendo como siempre.
Y este que nos cuenta ahora, es su proyecto, su libro: ROMERO Y YO. Y me llega, y os lo envío, por medios electrónicos. Los mismos que, si os gusta la idea, debéis utilizar para apoyarlo desde ya, para conseguir que su trabajo pueda editarse como libro electrónico primero y, sobre todo, como libro en papel después. Algunos ya lo hemos hecho. Para ello, clicais, o pegáis, el enlace que viene a continuación y allí podréis escuchar en directo al propio autor y  continuar el proceso de apoyo económico por internet. La página del libro es http://libros.com/crowdfunding/romero-y-yo/

Y ahora, Honorio tiene la pluma y la palabra:

ROMERO Y YO
Es un homenaje a Juan Ramón Jiménez. Un libro con una temática similar pero con el burro propiedad de mi familia, Romero, como personaje principal. Un repaso a la forma de vida de los años cuarenta en La Rioja, en pleno campo, y a la sociedad en la que se vivía.

SOBRE EL AUTOR
Honorio Cadarso Cordón. Ciudadano del mundo. 80 años recién cumplidos. Soy Riojano de nacimiento pero he vivido en Francia y ahora en el País Vasco. Soy un hombre de letras: estudié Teología y fui cura diez años. La vida me llamó a continuar por otros derroteros y para huir de la opresión de España marché a Francia tras la mujer que me había hecho repensar mi vida. He escrito en El Correo Español durante años y publiqué un libro que era un recopilatorio de mis noticias. Se tituló Amillanpetik. Posteriormente escribí otro libro: Rioja y Txakolí.

EL LIBRO
Romero y yo es la vuelta a mis orígenes, a la Edad de Oro de aquellos tiempos en que todos, yo también, vivíamos en mi paisaje vital en estrecho diálogo y en íntima comunión con la tierra, las plantas, los animales, el paisaje. En que comíamos lo que nosotros mismos cultivábamos o criábamos, y trabajábamos juntos en esfuerzo combinado con los mulos, burros, caballos, bueyes; aquellos tiempos sin petróleo y sin motores de explosión, sin tractores, sin trilladoras movidas por electricidad.
Leí y me enamoré hace tiempo del poemita en prosa de Juan Ramón Giménez Platero y yo. Me encandiló. Pero con el tiempo empecé a pensar que Platero, el burrito de peluche del poeta onubense, no existía en mi vida de niño de familia labradora. Y tomé conciencia de que el lugar de Platero de Juan Ramón lo había ocupado el Romero, el mulo que más duró en la cuadra de mi casa. Y de que el Romero era mi amigo de la infancia, mi interlocutor en los momentos de soledad, mi compañero de fatigas. En mi casa no hubo nunca perros, ni gatos adscritos a la familia, solo animales de consumir, como cabras, gallinas, conejos, cerdos, y la pareja de caballos o mulos para la yunta y para tirar del carro.
Decidí que tenía que recuperar los diálogos que tuve con el Romero, contar las aventuras que corrimos juntos, dedicarle mi homenaje íntimo. Y escribí este libro, que tiene un fondo de historia, pero que, justo es decirlo, pinta personajes que solo guardan algún parecido con las personas que convivieron conmigo por aquellos tiempos.
Honorio Cadarso.

Una cosa más, y tiene su importancia. Porque nos lleva a cerrar este espacio, como solemos hacer, con una canción. Que si nos acompaña hoy, no es porque yo mismo escribiera la música y la cantáramos Carmen, Jesús e Iñaki, sino porque la letra era, y es, de Honorio Cadarso.
Va por ti, amigo. “De lunes a sábado”. 
(A veces no suena la música perfectamente, pero agradezco el esfuerzo al que la haya subido a youtube)



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