No tengo datos y no sé si la Semana del Libro, además en enlibrar las calles, ha tenido resultados económicos positivos para editores y libreros. Espero que sí.
Lo cierto es que me gustaría
destacar un par de actividades interesantes y curiosas que llevó a cabo el
Ateneo Riojano el sábado 27 de abril. La primera fue la lectura continuada de
escritores riojanos de todos los tiempos, eso sí, ya desaparecidos. Desde
Prudencio o Quintiliano a Paulino Massip o Rafel Azcona. En ello estuvieron los
alumnos del Bachillerato Internacional del Instituto Sagasta (también se leyeron
textos del prócer camerano).La otra iniciativa reunió, a lo largo del día, a 20
autores riojanos que por encima de firmar libros (algunos se firmaron),
escuchar a los chavales y saludarse e intercambiar libros e ideas entre sí,
demostraron que esto de escribir sigue tan vivo como ellos mismos. Y que hay
cuerda para rato, cuentos y novelas, poesía, ensayos, de todo. Y, conviene
recordarlo, con más de cien autores (¿quizá doscientos?) con libros publicados
estos últimos años en La Rioja.
Pero continuando con lo escrito
en el blog la semana pasada (acababa con los libros electrónicos) paso a
contaros la iniciativa y propuesta que me llega de un viejo y cada día más
joven, amigo.
En realidad nos lo va a contar él
mismo, pero yo me permito introducirlo. Honorio Cadarso, ciudadano del mundo
como se define él mismo, nacido en Galilea, aterrizó desde sus primeras
parroquias colgadas en la sierra riojana, en la HOAC obrera y comprometida de
la capital. Formó parte de la oposición antifranquista y tras colgar la sotana,
fue candidato del Partido Comunista. Antes, había pasado algunos años en
Francia. Allí lo recuerdo tocando el órgano en la orquestina que alegraba el
fin de semana a los emigrantes en algunos centros de españoles en París; luego
cantábamos nosotros; entonces, curiosamente, los emigrantes eran simplemente
emigrantes, aún no se había inventado eso tan bonito de considerarlos sujetos
de la movilidad exterior... Honorio acabó finalmente trabajando en el País
Vasco, donde se integró con sus manos, su corazón y su inteligencia, donde
ahora mismo sigue viviendo, ya jubilado, y escribiendo como siempre.
Y este que nos cuenta ahora, es
su proyecto, su libro: ROMERO Y YO. Y me llega, y os lo envío, por medios
electrónicos. Los mismos que, si os gusta la idea, debéis utilizar para
apoyarlo desde ya, para conseguir que su trabajo pueda editarse como libro
electrónico primero y, sobre todo, como libro en papel después. Algunos ya lo
hemos hecho. Para ello, clicais, o pegáis, el enlace que viene a continuación y
allí podréis escuchar en directo al propio autor y continuar el proceso de apoyo económico por
internet. La página del libro es http://libros.com/crowdfunding/romero-y-yo/
Y ahora, Honorio tiene la pluma y
la palabra:
ROMERO Y YO
Es un homenaje
a Juan Ramón Jiménez. Un libro con una temática similar pero con el burro
propiedad de mi familia, Romero, como personaje principal. Un repaso a la forma
de vida de los años cuarenta en La Rioja, en pleno campo, y a la sociedad en la
que se vivía.
SOBRE EL AUTOR
Honorio Cadarso Cordón.
Ciudadano del mundo. 80 años recién cumplidos. Soy Riojano de nacimiento pero
he vivido en Francia y ahora en el País Vasco. Soy un hombre de letras: estudié
Teología y fui cura diez años. La vida me llamó a continuar por otros
derroteros y para huir de la opresión de España marché a Francia tras la mujer
que me había hecho repensar mi vida. He escrito en El Correo Español
durante años y publiqué un libro que era un recopilatorio de mis noticias. Se
tituló Amillanpetik. Posteriormente escribí otro libro: Rioja y
Txakolí.
EL
LIBRO
Romero y yo es la vuelta a
mis orígenes, a la Edad de Oro de aquellos tiempos en que todos, yo también,
vivíamos en mi paisaje vital en estrecho diálogo y en íntima comunión con la
tierra, las plantas, los animales, el paisaje. En que comíamos lo que nosotros
mismos cultivábamos o criábamos, y trabajábamos juntos en esfuerzo combinado
con los mulos, burros, caballos, bueyes; aquellos tiempos sin petróleo y sin
motores de explosión, sin tractores, sin trilladoras movidas por
electricidad.
Leí y me enamoré hace tiempo del poemita en prosa de Juan Ramón Giménez Platero y yo. Me encandiló. Pero con el tiempo empecé a pensar que Platero, el burrito de peluche del poeta onubense, no existía en mi vida de niño de familia labradora. Y tomé conciencia de que el lugar de Platero de Juan Ramón lo había ocupado el Romero, el mulo que más duró en la cuadra de mi casa. Y de que el Romero era mi amigo de la infancia, mi interlocutor en los momentos de soledad, mi compañero de fatigas. En mi casa no hubo nunca perros, ni gatos adscritos a la familia, solo animales de consumir, como cabras, gallinas, conejos, cerdos, y la pareja de caballos o mulos para la yunta y para tirar del carro.
Leí y me enamoré hace tiempo del poemita en prosa de Juan Ramón Giménez Platero y yo. Me encandiló. Pero con el tiempo empecé a pensar que Platero, el burrito de peluche del poeta onubense, no existía en mi vida de niño de familia labradora. Y tomé conciencia de que el lugar de Platero de Juan Ramón lo había ocupado el Romero, el mulo que más duró en la cuadra de mi casa. Y de que el Romero era mi amigo de la infancia, mi interlocutor en los momentos de soledad, mi compañero de fatigas. En mi casa no hubo nunca perros, ni gatos adscritos a la familia, solo animales de consumir, como cabras, gallinas, conejos, cerdos, y la pareja de caballos o mulos para la yunta y para tirar del carro.
Decidí que tenía
que recuperar los diálogos que tuve con el Romero, contar las aventuras que
corrimos juntos, dedicarle mi homenaje íntimo. Y escribí este libro, que tiene
un fondo de historia, pero que, justo es decirlo, pinta personajes que solo
guardan algún parecido con las personas que convivieron conmigo por aquellos
tiempos.
Honorio Cadarso.
Una cosa más, y tiene su
importancia. Porque nos lleva a cerrar este espacio, como solemos hacer, con
una canción. Que si nos acompaña hoy, no es porque yo mismo escribiera la
música y la cantáramos Carmen, Jesús e Iñaki, sino porque la letra era, y es,
de Honorio Cadarso.
Va por ti, amigo. “De lunes a
sábado”.
(A veces no suena la música perfectamente, pero agradezco el esfuerzo al que la haya subido a youtube)
Hola amigo y compañero jesus vicente,Honorio
ResponderEliminarComparto el gusto de Honorio por "Platero y yo".
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