Dicen las mujeres de los mineros que no piden dinero, como
Bankia, sólo que se cumpla lo pactado... ¿Lo pactado? ¿Lo prometido? ¿Por
quién? ¿Por el Partido Popular? ¿Acaso el Partido Popular ha respetado en estos
meses algo de los prometido, de lo pactado, de lo escrito en su programa? Da
igual que hablemos de impuestos, de recortes, de rescates, de la minería, de
los funcionarios... Sin compromiso, sin palabra, sin programa. Y así nos va. Y
peor que nos va a ir. Aunque España gane la Eurocopa.
Por cierto, los mineros encerrados siguen a través de la
prensa las vicisitudes de la selección española. No les duele reconocer que
sienten como propias sus victorias. Qué bonito que alguna de esas camisetas que
los futbolistas esconden entre la roja y el corazón y que a veces revelan
sentimientos y reivindicaciones, recordara también a los mineros. (No caerá esa
breva...)
¡Bankia!, y el dinero que han robado legalmente todos esos
directivos impresentables que después de hundir las finanzas de sus bancos y
empresas se han ido a la calle con millones de euros de compensación o pensión.
Con una parte de ese dinero (el que se da a los bancos y el que se llevan todos
esos sinverguenzas) “rescatábamos” la minería. Al menos por el momento.
El problema de los mineros es que más que andar por la
calle, lo que quieren hacer es bajar a las minas. Y se las quieren cerrar. En
realidad ya se han cerrado muchas en los últimos años. También en otros lugares
han convertido en parques naturales los otrora imperios mineros. Esas
reconversiones han costado mucho dinero y su continuación, en España por ejemplo,
está prevista hacerla progresivamente en unos cuantos años. No de repente, sin
diálogo, con nocturnidad y alevosía, saltándose una vez más los compromisos
adquiridos, rompiendo el presente y el futuro de varios miles de trabajadores,
de sus familias, de sus vecinos, de otros trabajadores que acompañaban las
tareas de minas y mineros...
Las mujeres de los mineros. Recuerdo “La sal de la tierra”,
de Biberman, y seguro que habéis visto también “Punto de mira”, una película
que cuenta quién y cómo se filmó “La sal de la tierra”, que era realmente
como un documental sobre el trabajo y los problemas de los mineros de Bayard,
Nuevo México, en los años 50 del siglo pasado. Sobre todo de cómo las mujeres
de los mineros llegan a hacerse cargo de la protesta y de la reivindicación. En
“Punto de mira” veíamos de paso los zarpazos del macartismo sobre la industria
del cine. Para algunos todo era necesario (y lo sigue siendo): acogotar a los
trabajadores del cine o de la cultura y, por supuesto, entonces y ahora, a los de las
minas, por ejemplo.
Por si la podéis ver, otra película protagonizada por
mineros y que trasladaba la acción a finales del siglo XIX era “Odio en las
entrañas”, de Martin Ritt, protagonizada por Sean Connery y Richard Harris,
policía reconvertido en minero para ahogar las protestas de aquellos
trabajadores, inmigrantes irlandeses en las minas de Pensilvania. Una vuelta de
tuerca más.
Todavía no era la época de las reconversiones, que esa la
podemos seguir, envuelta en música, en “Tocando al viento”, de Mark Herman. Una
historia más.
Una historia que se repite subtitulada con las contingencias
de cada época, con las miserias de tantos y tantos caciques y gobernantes, que
traigo, madre, la camisa roja de la sangre de un compañero, de los de la planta
14, Santa Bárbara bendita y María Luisa,
la del pozo, patrona de los mineros que por no irse al patrón llora en el
suelo, que nos echaron del Senado, madre, y hay una lumbre en Asturias que
ilumina España entera, y se refleja en León y en Teruel y en...
Aquí las canciones. Víctor Manuel, desde luego, y una versión
tremenda de Nuberu.
Salud y resistencia.
Excelente visión fílmico-musical del problema, que retrata la cruda realidad de una profesión de riesgo que no recibe primas por vencer cada día a la muerte.
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