viernes, 22 de junio de 2012

TRAIGO LA CAMISA ROTA


Dicen las mujeres de los mineros que no piden dinero, como Bankia, sólo que se cumpla lo pactado... ¿Lo pactado? ¿Lo prometido? ¿Por quién? ¿Por el Partido Popular? ¿Acaso el Partido Popular ha respetado en estos meses algo de los prometido, de lo pactado, de lo escrito en su programa? Da igual que hablemos de impuestos, de recortes, de rescates, de la minería, de los funcionarios... Sin compromiso, sin palabra, sin programa. Y así nos va. Y peor que nos va a ir. Aunque España gane la Eurocopa.
Por cierto, los mineros encerrados siguen a través de la prensa las vicisitudes de la selección española. No les duele reconocer que sienten como propias sus victorias. Qué bonito que alguna de esas camisetas que los futbolistas esconden entre la roja y el corazón y que a veces revelan sentimientos y reivindicaciones, recordara también a los mineros. (No caerá esa breva...)
¡Bankia!, y el dinero que han robado legalmente todos esos directivos impresentables que después de hundir las finanzas de sus bancos y empresas se han ido a la calle con millones de euros de compensación o pensión. Con una parte de ese dinero (el que se da a los bancos y el que se llevan todos esos sinverguenzas) “rescatábamos” la minería. Al menos por el momento.
El problema de los mineros es que más que andar por la calle, lo que quieren hacer es bajar a las minas. Y se las quieren cerrar. En realidad ya se han cerrado muchas en los últimos años. También en otros lugares han convertido en parques naturales los otrora imperios mineros. Esas reconversiones han costado mucho dinero y su continuación, en España por ejemplo, está prevista hacerla progresivamente en unos cuantos años. No de repente, sin diálogo, con nocturnidad y alevosía, saltándose una vez más los compromisos adquiridos, rompiendo el presente y el futuro de varios miles de trabajadores, de sus familias, de sus vecinos, de otros trabajadores que acompañaban las tareas de minas y mineros...

Las mujeres de los mineros. Recuerdo “La sal de la tierra”, de Biberman, y seguro que habéis visto también “Punto de mira”, una película que cuenta quién y cómo se filmó “La sal de la tierra”, que era realmente como un documental sobre el trabajo y los problemas de los mineros de Bayard, Nuevo México, en los años 50 del siglo pasado. Sobre todo de cómo las mujeres de los mineros llegan a hacerse cargo de la protesta y de la reivindicación. En “Punto de mira” veíamos de paso los zarpazos del macartismo sobre la industria del cine. Para algunos todo era necesario (y lo sigue siendo): acogotar a los trabajadores del cine o de la cultura y, por supuesto, entonces y ahora, a los de las minas, por ejemplo.
Por si la podéis ver, otra película protagonizada por mineros y que trasladaba la acción a finales del siglo XIX era “Odio en las entrañas”, de Martin Ritt, protagonizada por Sean Connery y Richard Harris, policía reconvertido en minero para ahogar las protestas de aquellos trabajadores, inmigrantes irlandeses en las minas de Pensilvania. Una vuelta de tuerca más.
Todavía no era la época de las reconversiones, que esa la podemos seguir, envuelta en música, en “Tocando al viento”, de Mark Herman. Una historia más.

Una historia que se repite subtitulada con las contingencias de cada época, con las miserias de tantos y tantos caciques y gobernantes, que traigo, madre, la camisa roja de la sangre de un compañero, de los de la planta 14,  Santa Bárbara bendita y María Luisa, la del pozo, patrona de los mineros que por no irse al patrón llora en el suelo, que nos echaron del Senado, madre, y hay una lumbre en Asturias que ilumina España entera, y se refleja en León y en Teruel y en...

Aquí las canciones. Víctor Manuel, desde luego, y una versión tremenda de Nuberu.

Salud y resistencia.















1 comentario:

  1. Excelente visión fílmico-musical del problema, que retrata la cruda realidad de una profesión de riesgo que no recibe primas por vencer cada día a la muerte.

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