Roberto Herreros lleva paseando
por esta tierra de Rioja y de Música muchos años. Casi tantos como yo. O sea,
no es un maletilla que salte ahora a la plaza buscando una oportunidad. Es más
bien un veterano de todas las guerras del pasado siglo, comenzando por aquella que
algunos compartimos y que era el paso del convento al mundanal ruido con su
carne y su pescado (pescado porque lo del pecado “pecado” no era tan fácil in
illo tempore). Así de repente guitarras, pantalones ajustados, acampanados, faldas
cortas, bailongos y guateques, melenas para ellas y para ellos. Un lugar en el
firmamento, con Los Aster de Calahorra. La gloria, en casa o en el barrio por
lo menos.
Y otras guerras. A Roberto, y eso
también lo compartimos, le venía muy estrecha la ideología y las memeces de la
época. Desde las pequeñas cosas, desde la libertad individual, hasta las
historias más complicadas, más colectivas, la libertad de todos. Ni dictadura
ni ataduras.
Y con todo eso hizo un hatillo
donde le cabía la guitarra y una bandera, la de entonces y de ahora, con los
colores de la honestidad, de la esperanza, de la ilusión, de la utopía incluso.
Hasta con toques de ingenuidad y un paisaje enorme de sentimientos y de amor
por los demás. Por casi todos los demás. Claro, y algunos descosidos fruto de
las desilusiones y fracasos que uno, con o sin siembra, va cosechando.
Su vida y su música, hay que
decirlo ya y de nuevo en paralelismo con quien esto escribe, no se entendería
sin los Beatles. Por eso su enorme esfuerzo organizando durante tantos años,
coincidiendo en el tiempo con la fecha de la muerte de Lennon, el recuerdo a su
música, con películas y conciertos, con su banda Straweberry Friends Forever... Y
cantando Imagine en “la caverna” de Liverpool. Es que para algunos, eso de los
Beatles fue una de las mejores cosas que nos pasó en la vida...
Roberto Herreros es, además, y se
suele decir sin tanto motivo muchas veces, un superviviente. Pero de eso yo no
quiero decir nada más, pero me quito el sombrero cada vez que lo veo venir,
alto y flaco, siempre sonriente, porque sigue ahí. (Roberto no suele hablar de eso,
pero sí lo canta, que entre el cuerpo y el "alma" también hay vasos comunicante y, a veces componen a la vez).
Así que tras su paso por los
Aster y sus cuatrocientas canciones colgadas en noches de pub y bares con
escenario, Roberto seguía teniendo una asignatura pendiente. Y fue así que grabó MI
ASIGNATURA PENDIENTE. Con la ayuda en la producción de Chema Purón. Y con una
presentación brillante, rockera e ideal en el Teatro no menos Ideal de
Calahorra. Era el mes de noviembre del 2007.
Ahora, cinco años después, sigue
en la carretera de la vida y de la música, CAMINANDO, como titula al nuevo
disco que nos presentará en Logroño la semana próxima. Toma nota, jueves 15 de
noviembre, Auditorium del Ayuntamiento de Logroño, a las ocho y media de la
tarde, con un grupo de músicos que, como en el disco, encabeza Raúl Frayle,
Frayjim. (Que, además, la actuación sea a
beneficio de ALCER RIOJA, es sólo un referente más de su propia vida, cosida
ya, indefectiblemente, a la de otras personas).
Si puedes, y si quieres, o sea,
si quieres, y si puedes, nos vemos CAMINANDO junto a Roberto Herreros.
(Y ahora, escuchamos
una de las canciones del disco anterior, de la asignatura pendiente, casi casi
de la revolución pendiente, veréis. Se titula SOS, QUE ALGUIEN REPARTA CORDURA, ¡por favor!...)
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