Lo cual no ensombrece ni un ápice
mi admiración por los textos de quien primero se hiciera llamar Indio
Gasparino. Facundo Cabral nació también, luego se verá porqué lo digo así, en
1937. Cuando murió, Guatemala 2011, era considerado uno de los profetas de
nuestro tiempo, un buen comunicador, escritor y cantante. Tan cerca de Dios,
era su opción, como de los hombres, idea que comparto mejor (“pobrecito mi
patrón, piensa que el pobre soy yo”)... En todo caso, siempre vale la pena
revisar y escuchar su obra, tan enciclopédica como bíblica. Algo que conoce muy
bien mi amigo Nano, gran experto, admirador y reconocedor de la obra de Cabral.
A mí me llegaron más, sobre todo
en los años 70 del siglo pasado, José Larralde o Jorge Cafrune. Este último fue
el más conocido entre nosotros, incluso vivió en España durante algunos años.
“El Turco”, así lo llamaban, nació, como Larralde y ya lo hemos dicho, Cabral,
en 1937. Cafrune fue el primero en hacerse un hueco en el cancionero popular
argentino, entre sones e imágenes de gauchos y caudillos, un Martín Fierro
cualquiera entre el Chaco o la Pampa. Lo vi una vez en el Bretón logroñés. Cantaba
en aquella gira con un crío, Marito, pero recuerdo por sobre todo un poema que
recitó y que nos impactó a Carmen y a mi. Luego yo mismo lo musiqué y ya lo
cantamos siempre. “El pájaro revolucionario”. (Recitado y canción que serán los
protagonistas auditivos y visuales de un próximo blog).
Cierto que desde antes y por
encima de esta generación que señalo, estaban los ejes de mi carreta y las
preguntitas sobre Dios de Atahualpa Yupanqui, fuente directa de inspiración
para grupos y cantantes de lo que entonces se llamaba canción protesta en
España. Pero quería llegar yo, y escuchar este viernes, a José Larralde.
Fue Cafrune quien lo escuchó
primero y lo empujó hacia arriba en 1966. Más tarde nos llegó a nosotros, eran
sus “Cosas que pasan” o la “Herencia pa' un hijo gaucho”. A nosotros, en aquel
momento parte de Rebaño Feliz, nos gustaba sobre todo una canción, que vamos a escuchar a continuación en la voz del propio Larralde. Aunque a quien más se la
oímos cantar en aquella época, y a quien todavía puedo ver hacerlo en mis
recuerdos, es a nuestro compañero Manolo, tan de aquí como de allá.
Pa' que dentre y sin temor a que
se ofenda...
Bello y nostálgico artículo.
ResponderEliminarA Cabral le sigo escuchando (tiene unos monólogos muy buenos, además). También a Atahualpa; a Cafrune y Larralde los tenía olvidados.
ResponderEliminarMenos mal que os impactó "El pájaro revolucionario", que si llega a ser la "Virgen Morenita"...
Esperamos esa entrada, que seguro nos emocionará..