Ya, que es una exageración. Claro, por supuesto. Pero
atención, que nos iremos enterando de lo que nos viene encima según nos apriete
el zapato.
Y nos viene...
Unicef, que no es el Socorro Rojo, ni el portavoz de la VII
Internacional, ya nos ha dicho que en España (que tampoco es Etiopía) hay dos
millones de niños bajo el umbral de la pobreza.
Y los de Cáritas de aquí mismo, a los que tampoco podemos
acusar de perroflautas, nos dan los números de sus crecientes atenciones a
personas y familias.
Está llegando, desde luego. Y como ejemplo, una vez más,
Grecia.
No sé si acabarán dejando el Euro o saliendo incluso de ese
paraíso terrenoalemán que es la Unión Europea. De momento se les ha sacado de
sus casillas. Se ha envenenado la fuente de su vino griego, de su sabiduría
ancestral, se han roto las cuerdas de sus cítaras y buzukis y acabarán
obligándoles a vender el alma, o lo que les queda del Partenón.
O a suicidarse.
Como hizo Dimitris Christoulas. (Y otros muchos. Hoy mismo,
y hay noticias de antes y las habrá después,
informan los medios de comunicación del salto al vacío de Antonios
Perris, músico de 60 años, con su madre, enferma de alzhéimer).
Y aquí entra Carbonell. De nuevo otra voz de hacia dentro,
que mezcla humor y resistencia, amor y tragedia. Mi buen amigo Joaquín
Carbonell me envió su canción dedicada a Dimitris, grabada primero con su
guitarra y luego, como podremos escuchar, con un montón de amigos. Pablo
Guerrero, Elisa Serna y muchos más.
Lo cierto es que tenía la canción guardada en el almacén de los
sonidos del silencio hasta que me la despertó mi hermano Javier que escribía el
pasado 21 de mayo un artículo sobre mensaje y mensajero en El Libre Pensador
(www.ellibrepensador.com).
Ese empuje me ha ayudado a elegir tema y canción para este
viernes de un mayo lluvioso que ha visto mareas verdes y reivindicaciones
sanitarias y sindicales en la calle. Hablo ahora de España. Un mes en el que el
15 M
tiene un año más. Mes y año en el que las autoridades europeas nos siguen echando encima
su basura, sus recortes, su deuda de mierda. Y de sangre. Nos echan a Dimitris,
a Antonios y a tantos otros encima...
SALUD Y RESISTENCIA
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